La situación central de este paraje, en la vertiente occidental del Parque de Collserola, lo hace accesible desde todos los núcleos de población próximos: Molins de Rei, Valldoreix, Sant Feliu de Llobregat y Vallvidrera.

Los elementos que han configurado a lo largo de los siglos la fisonomía de este lugar – la explanada, los rincones de recreo, la iglesia, el monte de Olorda y los caminos que se pierden sinuosos hacia las valles de Santa Creu y de San Feliu – son un excelente marco para disfrutar de todo tipo de ocio. El lugar es un claro en medio del bosque desde el que tenemos una buena panorámica del valle de Sant Feliu y del delta del Llobregat.

El topónimo “Olorda” mencionado desde el 986, es una palabra pre-romana de posible origen vasco que significaría “camino de los terneros”. La iglesia corresponde a la antigua parroquia de Santa Creu d’Olorda documentada ya en 1032 y modificada en los siglos XVI y XVII.